Más de 230 personas acudieron a la presentación de la nueva novela de Dolores Redondo titulada ‘Las que no duermen NASH’. Un evento organizado por el Club de Lectura de Diario de Navarra en el Civivox de Iturrama
El salón de Actos del Civivox de Iturrama no dejaba un hueco libre de sus butacas para recibir este jueves por la tarde a Dolores Redondo y su nueva novela, ‘Las que no duermen NASH’. 230 lectores de Diario de Navarra acudieron a la cita organizada por el Club de Lectura llenando la sala, tras realizarse un sorteo en el que se habían apuntado más de 800.
Dolores Redondo se mostró ilusionada al volver a su “plaza principal”, como llama a Pamplona, su “casa”, donde todo empezó. “He intentado que las cosas importantes no cambien, el éxito ya lo tenía desde antes con la gente que me rodea”, afirmó.
Belén Galindo, coordinadora del Club de Lectura de Diario de Navarra y encargada de dirigir el encuentro, insistió en plasmar la “mayor grandeza” de Dolores Redondo: “no cambiar su cercanía, espontaneidad y cariño, seguir valorando lo que de verdad importa”.
Solo presentará su libro en nueve destinos. “Que una escritora de la talla de Dolores Redondo elija Pamplona como uno de sus nueve destinos, es algo que tenemos que celebrar”, expresó Maider Beloki, concejala del Área de Cultura, Fiestas, Educación y Deporte del Ayuntamiento de Pamplona.
En esta breve gira ha elegido a nueve personas cercanas que la acompañarán en cada parada. La encargada de conversar con ella en el escenario navarro fue su amiga Susana Rodríguez Lezaun, escritora y directora del festival de literatura y cine Pamplona Negra.
El matriarcado de Baztán
‘Las que no duermen NASH’ es la segunda de cuatro novelas que arrancan con ‘Esperando al diluvio’. Y una tercera, ya en camino aunque sin fecha de lanzamiento, relacionará a las dos primeras. Llena de mujeres y de adolescentes, ‘Las que no duermen NASH’ está inspirada en las “amigas y jóvenes locas” que rodean a la escritora, “sus amigas de Cintruénigo y Pamplona, las de toda la vida, más las que se han ido uniendo en los últimos años”. La psicóloga forense Nash Elizondo, al descender a la sima de Legarrea, encuentra el cadáver de Andrea Dancur, una joven desaparecida años atrás con sus hijos mientras su marido y su hijo mayor marchaban al frente de la Guerra Civil española. En marzo de 2020, en plena pandemia mundial, nuevas pistas obligan a reabrir la investigación y con dotes de psicóloga forense, Nash se adentra en el legado que Andrea dejó a su alrededor para acercarse a la causa de su muerte, sus gustos, compras y relaciones.
El Código Forense Internacional clasifica en cuatro las causas de muerte: natural, accidental, suicidio u homicidio. Coincidiendo cada inicial con el nombre de la protagonista, Nash. “Su trabajo es especial, no es policía, por lo que actúa desde la empatía en todo momento”, explicó Redondo a los lectores. “Lo tenía claro, necesitaba un papel así, más humano”, reconoció.
A lo largo de la trama, Nash se topa con las Michelena, una familia que regenta una funeraria rural, Susana y su hija Eva. “Ellas son anárquicas, espontáneas y fuera de control, pero le ayudan a conocer bien a la gente del pueblo”. Con ellas hace un guiño a “la situación que vivieron los trabajadores de funerarias durante la pandemia por coronavirus, siendo los únicos que acompañaban a los fallecidos en sus despedidas”.
La escritora y amiga Susana Rodríguez acompañó a Dolores Redondo durante la presentación y le recordó aspectos reseñables de la novela como el “efecto metaliterario” que emplea en sus páginas. Aparece Amaia Salazar, protagonista de la Trilogía del Baztán, a la que las Michelena ya le habían presentado a Nash como “la de las novelas de la Redondo”. Susana Rodríguez también mencionó la “pasión” con la que vive cada personaje. “Estamos hartos de medias tintas”, respondía Dolores Redondo bromeando. También cobra gran importancia la gastronomía tradicional baztanesa. Una de las Michelena estudia en el Basque Culinary Center y se aficiona a hacer platos típicos de su tierra. “Yo estudié cocina y trabajé durante muchos años en hostelería, me apasiona cocinar, aunque no más que escribir”, expresó orgullosa.
Con Las que no duermen NASH, Dolores Redondo quiere homenajear al “matriarcado” en el que ella misma se crió, al lado del mar siendo hija de marinero, como al de las mujeres de Baztán, que “mientras sus maridos partían al frente, ellas se quedaban solas al cuidado de los caseríos”. A las que “no podían despertarse a media noche y tenían que seguir durmiendo”, y al “poder femenino en general”, un pilar fundamental en la mayoría de sus creaciones.
Terminó su visita recordando a las que le entrevistaron cuando aún nadie lo hacía. “Espero que disfrutéis mucho el libro, yo me lo he pasado fenomenal escribiéndolo”, manifestó a sus lectores, que no quitaron ojo del escenario durante la charla y tampoco dejaron de aplaudirle en cada secuencia de la tarde. Rememoró su primera visita al Club de Lectura de Diario de Navarra, en el que había “muy poca gente”. Tanto han cambiado las cosas que para el próximo Belén Galindo quiere “llenar el Gayarre”. Redondo quiso agradecer a Navarra y su gente por “dar el primer impulso a la novela y por hacer suya una historia de su tierra”. Y finalizó su visita firmando los libros de sus seguidores y charlando sobre sus inquietudes.