El presidente de
Caixabank,
José Ignacio Goirigolzarri, protagonizó un nuevo Desayuno de trabajo de DN Management y abogó por
«evitar los extremismos y luchar contra el fatalismo» porque, ha querido remarcar, «el futuro depende de nosotros y de nuestro compromiso y no está escrito». «No soy tan optimista como el Gobierno pero tampoco veo razones para pensar que vamos a asistir a una caída importante del PIB en los próximos meses». Considera que una previsión «razonable» para 2023 pasa por una
evolución de entre el 0 y el 1%. «Firmaría por una situación así aunque eso signifique que no vamos a recuperar el PIB precovid hasta 2024%.
Goirigolzarri protagonizó el desayuno de trabajo DN Management que se celebró en el hotel Tres Reyes y en el que se abordaron los actuales desafíos a los que se enfrenta el sector financiero. Entre ellos, adecuarse a los cambios de hábitos de los clientes y gestionar bien el propio talento. El evento, organizado por Diario de Navarra y Brandok, ha contado con el patrocinio de Caixabank, Grant Thornton y Porsche Pamplona y la colaboración de CO.Ciudadana y el hotel Tres Reyes. Más de un centenar de empresarios y directivos de diferentes ámbitos ha asistido a su intervención, en la que Goirigolzarri ha abordado los desafíos a los que se enfrenta el sector financiero y entre los que ha enfatizado la rentabilidad y la mejora de la reputación. «Es importante que la banca consiga una rentabilidad razonable, por encima de su coste de capital porque eso es bueno para la sociedad y el bienestar de los ciudadanos», ha asegurado haciendo hincapié en que si un sector como el bancario no puede ampliar su capital no puede dar créditos ni financiar la economía». Sobre la reputación, ha recordado que la sostenibilidad de un sector pasa por que la sociedad te vea útil. «La imagen de la banca nunca ha sido extraordinaria. En la anterior crisis no pudo estar cerca de la empresas y las familia, hubo prácticas poco heterodoxas y mucho nivel de litigiosidad, pero la banca ha cambiado mucho estos años y esos clichés ya no son aplicables».
Durante su intervención ha valorado los últimos acuerdos en materia hipotecaria. «No hay nadie que tenga más interés en ayudar a los clientes con dificultades que los bancos. Es lo que hacemos siempre. No son palabras. En la anterior crisis hicimos 260.0000 reacomodaciones de hipotecas y lo seguiremos haciendo. Es bueno llegar a acuerdos con el gobierno que institucionalicen la ayuda y aseguren la competitividad de nuestro mercado hipotecario. Más del 80% de las familias tienen en propiedad una vivienda», ha manifestado. Sobre si Caixabank se sumará o no al acuerdo, se ha limitado a manifestar que no es una decisión que le competa personalmente y que será el consejo de administración quien tome la decisión.
Bajo un formato coloquio, Gorigolzarri ha ido desgranando durante algo más de una hora las claves de un contexto caracterizado por “dos tendencias revolucionarias: la lucha contra el cambio climático y la digitalización”, complejo en el plano económico y con impactos geoestrátegicos difíciles de predecir y en el que, destacó, “se ha puesto en cuestión la que había sido la gran tendencia de los últimos años: la globalización. Es la punta del iceberg de una discusión ideológica mucho más profunda y que se está dando en todas las sociedades y nos lleva a una confrontación entre diferentes modelos: multilateralismo frente a bilateralismo, comercio internacional próspero frente a proteccionista o libertad frente a seguridad”.
Una confrontación, apuntó, que más allá del papel relevante que tiene en estos momentos Rusia en Europa, en el mundo se reduce a Estados Unidos-China. “El mundo tiene que intentar un acuerdo y el reto de los europeos es completar su propia unión. No hemos conseguido tener una unión bancaria. No hablo de los banqueros, sino de la competitividad de todas las empresas. Con esa unión, las empresas podrían competir en igualdad de condiciones con las alemanas. Es muy relevante para completar la gobernanza. Con las crisis nos hemos dado cuenta de que Europa necesita niveles de autonomía muy superiores desde el punto de vista de seguridad, tecnológico y de energía”.
El reto de evitar los extremismos y el fatalismo
En el ámbito nacional, el reto pasa por evitar los extremismos. “No soy tan optimista como el gobierno pero no veo ninguna razón para pensar que vamos a asistir a una caída importante de PIB. Si traducimos a España la previsión sobre la evolución de la economía europea que hicieron hace unas semanas la UE y el BCE una previsión razonable para 2023 sería un crecimiento de la economía de entre el 0 y el 1%, con niveles similares en el mercado de trabajo, una inflación entre el 4,5 y 6 %, y los tipos de interés en el 3 %. “Firmaría por una situación como esta aunque significa que no recuperaremos hasta 2024 el PIB prepandemia. Esto no tiene nada que ver con la crisis de 2008”. Su receta para transitar en estos tiempos de incertidumbre pasa por “luchar de forma radical contra el fatalismo. Lo he visto en la sociedad española y en las grandes empresas españolas, pero el futuro depende de nosotros y nuestro compromiso y no está escrito”.
Productividad, cuentas públicas, educación y formación
Para Goirigolzarri, el punto débil de la economía española es la productividad y el factor de vulnerabilidad más importante las cuentas públicas. “Si se compara la situación actual con la de 2010 se ve que las familias y los agentes privados han hecho un esfuerzo extraordinario de desapalancamiento. Hoy tienen endeudamientos inferiores a los de la UE, pero las finanzas públicas no han ido en esa dirección. Tenemos cuentas públicas con alto déficit estructural, una deuda pública en el entorno del 110-115 del PIB y los gastos han incrementado un 6% su peso sobre el PIB”.
Recuerda que la mejora de la productividad no pasa por activar políticas de demanda sino de oferta lo que requiere de reformas que son complejas desde el punto de vista político. “Es difícil ser optimista”, admitió en alusión a la difícil artimética parlamentaria y antes de enfatizar que la educación es el gran reto de la sociedad española. “No hablo sólo de jóvenes sino de la formación y la educación a lo largo de toda la vida profesional. Las habilidades exigidas por el mercado cambian y nos tenemos que adaptar. Tenemos más de un 10% de paro pero hay muchos sectores demandando gente preparada”.
Apuntó a la Formación Profesional como el “instrumento clave”. “En esta sociedad tenemos a gente extraordinariamente preparada pero también a casi un tercio que no pasa de la educación obligatoria. Cuando miro al futuro, el instrumento clave es el desarrollo de la FP. Debemos avanzar en el tema de acreditaciones y a partir de ahí desarrollar habilidades. Tenemos un enorme campo de mejora en políticas activas de empleo. Yo me concentraría en eso”.
Durante su intervención, mostró especial respaldo a los empresarios, que “son quienes cambian las reglas del juego de la economía”. Abogó en este punto por “crear un campo de cultivo idóneo para que la promoción de los valores empresariales sea briosa y pujante para atraer a estos creadores de riqueza”.
El banquero que estudia filosofía
El último capítulo del relato como banquero de José Ignacio Goirigolzarri le llevó a la presidencia de Caixabank aunque todavía hoy haya quien le recuerde por su etapa en la maltrecha Bankia. Un cargo que le gusta contar que asumió no sólo como reto profesional sin por responsabilidad social. Cuando el miércoles uno de los asistentes al coloquio le preguntó que por qué después de haber sido rescatados los bancos ponían dificultades a sus clientes fue tajante. “¿Pero, a quién se rescató? No se rescató a los accionistas, que perdieron todo y tampoco a los consejeros o miembros del comité de dirección, ni a los empleados. Se rescató a los depositantes”. La trayectoria de Goirigolzarri está jalonada de esfuerzo, años de trabajo y un profundo conocimiento del sector. Isabel Moreno, directora de la Territorial Ebro, le presentó el miércoles como “una de las personas más importantes del mundo económico, un banquero al que se le entiende todo. Un hombre de ideas al que le mueve un importante interés por el saber”, dijo antes de desvelar que dedica semanalmente un tiempo fijo para estudiar filosofía. “Es un financiero humanista o un humanista financiero”, concluyó.