La Casa de Cultura de Bera acogió el pasado 19 de febrero un debate sobre la seguridad de la N-121-A, enmarcado dentro del formato de DN en Vivo, de Diario de Navarra. El encuentro contó con la presencia del Director General de Obras Públicas e Infraestructuras, Pedro Andrés López Vera; el secretario general de la Asociación Asociación Navarra de Empresarios de Transporte por Carretera y Logística (ANET), Ignacio Orradre, y el alcalde de Igantzi, Juan Carlos Unanua. “¿Cómo mejorar la seguridad en la N-121-A ? ¿Qué soluciones y alternativas se proponen?” son dos cuestiones que resumieron el planteamiento del foro al que asistieron cerca de 200 personas.
La escucha de todas las partes implicadas adquirió una especial relevancia en la búsqueda de soluciones a corto y largo plazo para reforzar la seguridad en los 70 kilómetros que separan los túneles de Ezkaba de Behobia, de los que 62,87 corresponden a Navarra.
Se plantearon dos visiones contrapuestas para afrontar un problema común: reducir el número de accidentes en la N-121-A. Por un lado, los alcaldes de las localidades afectadas, que trasladaban el sentir de sus conciudadanos hartos de circular por una vía cuya peligrosidad atribuían sobre todo al gran volumen de tráfico que soporta, especialmente de vehículos pesados. Por otro, representantes de las dos asociaciones de transportistas, ANET y TRADISNA, y los del Gobierno de Navarra que, con los datos en la mano, intentaban demostrar ante un público todavía afectado por el último accidente mortal que sacar a los camiones de la carretera no solo no reduciría la siniestralidad sino que incluso podría aumentarla.
El portavoz de los municipios, el alcalde de Igantzi, Juankar Unanua, recalcaba durante su intervención que no pretendían “criminalizar” a los camioneros, pero al mismo tiempo mostraba su convencimiento de que desviar “el tráfico internacional” a la A-15 resultaría la solución “más rápida, sencilla y barata” para atajar la “sangría” que padecen los vecinos de la zona. “Conducimos con miedo y estrés cada vez que cogemos la N-121-A. Es complicado circular con tanto camión, sobre todo cuando oscurece. Son especialmente peligrosos los accesos y las incorporaciones a lo largo de la carretera”, resumía.
El director de Obras Públicas e Infraestructuras del Gobierno de Navarra, Pedro Andrés López, reconocía abiertamente que la N-121-A era “una carretera peligrosa”, pero pedía a los presentes ceñir el debate “en las causas de la alta siniestralidad y no en las consecuencias”. “Los accidentes están provocados por acciones imprudentes en las que tienen mucho que ver la velocidad excesiva, el alcohol, las drogas o los adelantamientos indebidos”, explicaba a partir de la información proporcionada por la Policía Foral ante un auditorio, la casa de cultura de Bera, con más de un centenar de asistentes. López aportaba algunos datos objetivos que demostraban que los camiones no habían estado directamente relacionados con la causa de ninguno de los accidentes mortales de los últimos años. Solo mencionaba como excepción un camionero que se salió de la vía y chocó contra un árbol sin implicar a otros vehículos.
Por su parte, el representante de las asociaciones de transportistas, Ignacio Orradre, resaltaba que el sector compartía muchas de las reclamaciones de los vecinos para introducir mejoras en la carretera, pero que se oponía frontalmente al desvío del tráfico pesado a la A-15. El secretario general de ANET recordaba que la N-121-A era “la salida natural” de las exportaciones navarras hacia Europa. Al igual que López, Orradre alegaba los datos de Policía Foral para señalar que la causa de los accidentes hay que buscarla en los excesos de velocidad, el consumo de sustancias y las imprudencias. Respecto a la velocidad, destacaba que podía ser el factor que más fácilmente podría combatirse y sugería la colocación de radares de tramo dado que “toda la N-121-A es un punto negro”. Asimismo, se mostraba partidario de incrementar la vigilancia policial y de mejorar la señalización horizontal así como de renovar el firme.
Además, el representante de los transportistas señalaba el “efecto de calmado”, concepto que también había empleado el director general de Obras Públicas, que los camiones ejercen sobre la velocidad de los turismos. Precisamente López había explicado momentos antes que tras la eliminación de los vehículos pesados en la N-232 en La Rioja se habían registrado cuatro veces más accidentes de turismos durante el año pasado. En relación con la posibilidad de establecer un peaje diurno disuasorio para los camiones, Orradre manifestaba que solo tendría efectos recaudatorios, ya que consideraba que “los flujos del transporte” eran “imposibles de desviar” salvo que exista una vía paralela alternativa, como pasa con la AP-15.